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Alev Tekinay - Nur der Hauch vom Paradies

El retrato de la inmigración

Al comienzo del capítulo se menciona que Nur der Hauch vom Paradies ofrece una semblanza de los inmigrantes pertenecientes a la segunda generación, siendo sus propios representantes los que hablan en esta novela. De ahí la diferencia en la percepción de la condición de inmigrantes experimentada por los padres y los hijos de éstos y, en consecuencia, la clara distinción de dos tipos de inmigrantes: los trabajadores llegados en torno a los años sesenta y los hijos de éstos.

Primero se presenta la fotografía de los inmigrantes pertenecientes a la primera generación, donde se reúne a los padres del yo narrativo, así como a sus conocidos turcos; además abarca, a su vez, al personaje turco que amenaza por teléfono al escritor y protagonista Engin Ertürk.

Los padres, sus conocidos y el turco que le amenaza encarnan el estereotipo turco reinante en Alemania, a saber, personas con un nivel cultural bajo – una gran mayoría de éstos procede de zonas rurales de Anatolia – que llegaron a la República Federal de Alemania en busca de una salida profesional y económica, realizando, por tanto, aquellos oficios que eran menospreciados por los ciudadanos autóctonos. Por consiguiente, llevan a cabo trabajos del tipo barrendero u obreros industriales no cualificados:

“Ich erinnere mich an die stinkenden Mülltonnen und an die Müllmänner mit den finsteren Blicken und den buschigen Schnurrbärten. Ich schämte mich zutiefst, daß diese Müllmänner unsere Landsleute waren, daß unsere Landsleute den Abfall der anderen wegtrugen.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.10 )

A su vez, el nivel cultural percibido por la población nativa no viene determinado por los conocimientos académicos de los inmigrantes turcos, sino por la falta de competencia lingüística de éstos en alemán. En este sentido, cabe subrayar el afán del padre del narrador por que sus hijos dominen este idioma a nivel de lengua materna, ya que este dominio constituye una puerta abierta hacia el ascenso social:

“Halil Ertürk, der nur Wert auf schulischen Erfolg legte. Sein Sohn sollte auf keinen Fall ein einfacher Obst- und Gemüsehändler werden, sondern einen ansehnlichen Beruf ergreifen. Ingenieur oder Architekt oder Arzt, ja, am liebsten Arzt. Vor allem mußte er Deutsch lernen, gut Deutsch, nicht so radebrechen wie Halil Ertürk selbst, sondern Deutsch sprechen als ob dieses Kauderwelsch seine Muttersprache wäre.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, pp. 9-10)

Solamente a través de un dominio correcto del idioma, los hijos evitarán la experiencia denigrante que han vivido los padres en el país de acogida - donde en algunas ocasiones estos últimos han sido tratados como si fueran escoria - . Han visto cómo de mano de obra necesaria han pasado a ser un problema, subrayando de esta forma la deshumanización sufrida que los llegará a equipar con meros instrumentos de trabajo:

“Als der Zug im Münchner Hauptbahnhof ankam, empfing man die Gastarbeiter mit einer bayrischen Blaskapelle. ..., um ihr Scherflein zum deutschen Wirtschaftswunder beizutragen.
»Seidem hat sich vieles verändert«, sagt mein Vater. »Nachdem wir unsere Aufgabe gewissenhaft erledigt haben, sind wir in den Augen der Deutschen nichts mehr wert. Man will uns wegschmeißen, wie ausgepreßte Zitronen (er kennt sich ja in seinem Obst-Vokabular gut aus.)«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apse, p.47)

El trato recibido les ha recordado constantemente su condición de extranjeros. A ello hay que sumar el miedo que han padecido ante el temor a que su permiso de residencia no fuera renovado. Este temor alcanza tal grado de intensidad que se torna físico y produce enfermedades. De ahí la referencia al ‘estómago de los emigrantes’. Esta dolencia está íntimamente ligada a la experiencia en el extranjero y, por consiguiente no tiene cura:

“…»meinetwegen eine ganze Apotheke und doch kannst du seinen Emigranten-Magen nicht heilen.«
[...]
»... . Ich habe auch einen Emigrantenmagen, du auch. Wir haben den von ihm geerbt, obwohl wir nicht eingewandert, sondern hier geboren sind.«
[...]
»Ja», bestätige ich, »immer wenn unsere Aufenthaltserlaubnis abgelaufen war und wir in dieses Gebäude mußten, um sie zu verlängern, zitterten wir, die ganze Familie, und litten tagelang an Magenschmerzen.»“ (v, p. 45)

En otro orden de cosas, se comprueba el rechazo ‘amable’ que reciben los extranjeros por parte de la sociedad alemana. Así, el autor Engin Ertürk describe las dificultades encontradas al buscar una nueva vivienda. En primer lugar – y como ya se menciona en el punto 4.2.2.3.1. respecto al tema de la foraneidad - detalla la reticencia de los alemanes a alquilar a personas extranjeras para, a continuación, citar las excusas aducidas para no alquilar la vivienda, enfatizando la declaración de los propietarios de no tener nada en contra de los extranjeros.

En definitiva, los extranjeros no sólo afrontan la distancia de su país de acogida, sino también la animadversión, abierta o velada, de los nativos, que evitan mantener cualquier tipo de contacto con ellos.

Finalmente, el protagonista narra la hipocresía de algunos alemanes que se enriquecen a costa de los inmigrantes alquilando a precios desorbitados viviendas que asemejan chabolas:

“Die Vermieter wollten aber nicht an Ausländer vermieten. .... und wenn wir endlich drankamen, war die Wohnung angeblich bereits vermietet.
[...]
Gewiß gab es Wohnungen, die wir hätten bekommen können. Bruchbuden ohnegleichen.
>Nicht weit vom Zeintrum< hieß es in einer Annonce, und es stellte sich heraus, daß das fragliche Haus an der Autobahn nach Garmisch-Partenkirchen stand. In der Annonce war auch von >geräumig< die Rede, doch die Wohnung hatte bestenfalls eineinhalb Zimmer und eine Kochnische.“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.71)

El distanciamiento que muestra la población autóctona hacia los trabajadores extranjeros queda reflejado en el episodio en el que el yo narrativo relata la visita de un compañero de trabajo de su padre y el modo en el que éste corresponde posteriormente.

Para la familia Ertürk es todo un acontecimiento el que el Sr. Müller vaya a visitarles. Aunque el compañero alemán se lleva bien con Halil Ertürk, cabe deducir que la amistad se basa en que el primero expresara en un momento dado su interés por Turquía. Dada la trascendencia que este evento reviste para los Ertürk, la madre se dedica días antes a guisar y tener la casa reluciente con objeto de agasajar al invitado como corresponde. El alborozo de esta reunión anima a todos los miembros de la familia, pues no es una persona cualquiera, sino un compañero alemán quien acude a su hogar:

“Eines Abends brachte er einen Gast mit, einen sehr wichtigen Besuch: der Gast war Deutscher. Ein Arbeitskollege. [...]
... Er hatte einen Arbeitskollegen eingeladen, und Herr Müller hatte die Einladung angenommen. Wir alle waren in großer Aufregung. Mutter hatte tagelang geputzt und gekocht. Mindestens hundert Mal fiel in unseren Familiengesprächen der Name Müller.“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 69)

La invitación, empero, no despierta las mismas expectativas en el huésped alemán; éste se ve abrumado por la hospitalidad turca que le obliga a reiterar a lo largo de la noche repetidamente lo delicioso que está todo, a pesar de lo cual la amabilidad del invitado no deja de ser reticente y distanciada, aunque los padres sólo ven la amabilidad y no el distanciamiento, como subraya el propio narrador:

“Meine Eltern waren überglücklich, daß unser deutscher Gast sich in unserer Wohnküche wohl fühlte. In seiner distanzierten Höflichkeit sahen sie nur die Höflichkeit und nicht die Distanz.“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.70)

Este distanciamiento queda manifiesto cuando Müller invita a la familia Ertürk. Por un lado conviene subrayar la tardanza en devolver la invitación, expresada en el texto por medio del complemento circunstancial de tiempo ‘irgendwann’ (en algún momento) y, por otro, en la comida servida por éste. Mientras que la madre de Engin trabaja durante días para preparar diferentes platos culinarios típicos, excediéndose en la variedad de manjares ofrecidos, el Sr. Müller les sirve ‘Leberkäs’ (Se trata de un alimento que cuenta con carne de cerdo entre sus ingredientes). Esta falta de consideración por parte de una persona que se dice interesado en Turquía y sus costumbres deja perpleja y ofende a la familia Ertürk:

“Als wir um den Tisch in Müllers Wohnküche Platz genommen hatten, servierte er uns Leberkäs.
>Das ist doch Schweinefleisch<, flüsterte Vater empört, >rührt es ja nicht an.<
Wir rührten es nicht an, und Müller erkannte seinen Fehler und schlug mit der Hand gegen die Stirn.
>Entschuldigung<, rief er, >wie gedankenlos von mir<.
Dann rannte er zum nächsten Wienerwald und brachte uns gebratene Hühner mit Kartoffelsalat: >Das eßt ihr doch, oder?<“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.71)

De ahí cabe la lectura de que la relación de amistad no se fundamenta en sentimientos recíprocos. Para el padre, Halil Ertürk, la relación con este compañero de trabajo es importante; de hecho, pone de manifiesto su interés por integrarse en la sociedad de acogida e interrelacionarse con sus habitantes. El compañero de trabajo, por el contrario, se muestra condescendiente y acude a la casa de éste por mera cortesía. Cuando, finalmente, devuelve la invitación, no ha tenido en cuenta los preceptos en cuanto a comida se refiere de las personas de fe islámica, sirviéndoles cerdo.

Prosiguiendo con el retrato de los inmigrantes, se describe al personaje turco que llama y amenaza al protagonista. A este respecto ha de subrayarse que este individuo representa en la obra a todo un subgrupo dentro del colectivo turco que vive en Alemania.

Es portavoz de la primera generación de turcos inmigrados por sus fuertes lazos turcos y las firmes convicciones que muestra en relación a la cultura propia. Por tanto, personifica a aquellos turcos que han visto con el paso de los años cómo sus costumbres y tradiciones han sido cuestionadas y minusvaloradas en el seno de la sociedad de acogida.

En este sentido, es una voz muy crítica con la obra del yo narrativo al que recrimina que plasme una imagen negativa de las costumbres turcas en la obra de ficción Nur der Hauch vom Paradies. Esta crítica no sólo la fundamenta en esta imagen peyorativa, sino que confirma el estereotipo manido de la misma por la que el narrador reafirma la estampa relativa al colectivo turco imperante en Alemania. Consiguientemente, interpreta la obra del protagonista como un todo vale con tal de lograr la fama y hacer dinero:

“…, der Landsmann, der große Unbekannte, …, weil er meinen Roman »beschissen« findet? ..., weil ich in meinem Roman meinen Vater, meine Familie, die türkischen Erziehungsideale und überhaupt das Türkentum in den Dreck gezogen haben soll.“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.7)

De esta forma, pone de manifiesto que la crítica de las costumbres y cultura turca supone una traición para este colectivo. Una traición hacia todo lo que representa el mundo otomano. En consecuencia, la lejanía del país de origen lo ha tornado ente idealizado, no susceptible de crítica, pues, si ésta se ejerciera, la imagen ensalzada pudiera oscurecerse y empañarse.

Este grupo de individuos lleva tanto tiempo fuera de su país que ha perdido la perspectiva de la realidad existente allí, a la par que no ha llegado a integrarse en la sociedad de acogida. Por consiguiente, precisa de esa imagen idealizada de todo lo que representa la idiosincrasia turca para tener algo a lo que asirse. De ahí que equipare cualquier retrato objetivo y no idealizado de las costumbres otomanas, aunque sean trasladadas al país extranjero, con delación de la propia esencia turca:

“»Gott weiß, ich bin ein Mensch mit viel Toleranz, aber eines kann ich nicht ausstehen: Verrat an der eigenen Familie und am eigenen Volk. Wissen Sie, was Sie machen? Sie bestätigen in Ihrem Geschreibsel die Vorurteile der Deutschen gegenüber unserem Volk. Junger Mann, das ist das Rezept Ihres Erfolgs, und nicht Ihr literarisches Talent.«“ ((Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.153)

A propósito de la imagen que los personajes pertenecientes a la segunda generación de inmigrantes tienen de la inmigración conviene tener en cuenta que la palabra que la define es ‘visión diferente’ en los diversos aspectos que se exponen a continuación. Esta disparidad se sustenta en la discrepancia generacional existente y es equiparable a la que hay entre padres e hijos alemanes.

Sin embargo, en el caso de los extranjeros turcos, la separación generacional se ve incrementada por la divergencia en cuanto a ideas y costumbres paterno-filiales se refiere.

A pesar de ello, el hecho de percibir la condición de meteco de forma diferente a los padres no implica una integración plena en la sociedad de acogida. Pues, para la población nativa siguen siendo extranjeros, aunque acudan a los mismos colegios alemanes y tengan amigos de la sociedad autóctona.

Por tanto, es menester acentuar que la segunda generación padece una doble alienación, ya que experimenta la oposición natural a los dictados paternos y, a su vez, arrostra la condición de extranjero en un país que siente suyo.

El narrador en primera persona, consciente en todo momento de esta circunstancia, resalta en reiteradas ocasiones su condición de extranjero bajo la expresión ‘excepción’. La excepción derivada del éxito. Una vez que ha triunfado, la sociedad de acogida lo trata de otra forma. Ya no es un inmigrante más, sino un escritor inmigrante que, además, ha nacido en Alemania:


“Ich starre mein Spiegelbild an, will wissen, wie ein junger, erfolgreicher Ausländer aussieht. Ein Ausnahme-Ausländer. Ein Ausländer mit Ruhm plus Reichtum. […] … Exoten sieht, ohne wahrzunehmen, daß er in diesem Land geboren und aufgewachsen ist und besser Deutsch als Türkisch kann.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman, Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p 16)

Se observa una crítica velada de este fragmento al referir la percepción de la sociedad de acogida: ésta aprecia que es un extranjero exótico, pero olvida o no quiere saber que es un turco nacido en Alemania y que su lengua materna es el alemá:

“Ich bin nicht hierher gereist. Ich bin hier zur Welt gekommen, Deutschland ist meine Heimat.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman, Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.27)

De esta manera, se aprecia que el yo narrativo escribe para autoafirmarse y recrear su identidad. Su obra se torna así reacción contra la sociedad alemana que no termina de aceptarle plenamente. Ésta – mejor dicho algunos individuos que la integran - , pese a considerarle un extranjero integrado, no le acepta del todo. Es la exclusión por inclusión (Véase Milz, Sabine (2000): „Comparative cultural Studies and Ethnic Minority Writing Today: The Hybridities of Marlene Nourbese Philip and Emine Sevgi Özdomar”, en: CLCWEB: Comparative Literature and Culture: A WWWeb Journal ISSN 1481-4374, CLC Web Library of Research and Information … CLCWeb Contents 2.2. (June 2000) < http://clcwebjournal.lib.purdue.edu/clcweb00-2/milz00.html>Â © Purdue University Press.).

Por el mero hecho de considerar a un individuo – nacido en la sociedad de acogida – persona integrada, se le está excluyendo en cierto modo, pues a priori se está haciendo hincapié en su diferencia y, por consiguiente, en su no pertenencia a esa sociedad.

De ahí que el protagonista reaccione escribiendo para autoafirmarse; y esta reacción le obliga a replantearse su identidad dentro de la sociedad a la que reclama pertenecer:

“Mein Schreiben ist nicht nur eine Reaktion gegen Frau Rennert, sondern auch gegen die hiesige Gesellschaft. Obwohl ich mich als integrierten Ausländer betrachte, mache ich oft die Erfahrung, daβ ich nicht akzeptiert werde, was ich auch tue, denke oder fühle. Aus dieser Ohnmacht heraus versuche ich, meinen persönlichen Ausweg zu finden – das Schreiben.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 28)

Por tanto, la autora – en boca del yo narrativo - se refiere a la exclusión por inclusión cuando presenta el grupo ‘Mittelmeer’, que integra en su seno a artistas extranjeros, tanto de las bellas artes como de las letras, que realizan su labor creadora en Alemania.

Al presentar este grupo y su actividad, el autor del libro de ficción destaca que las editoriales y críticos literarios se refieren a sus obras como ‘Gastarbeiterliteratur’, pese a no ser ninguno de ellos trabajadores industriales:

“Damals wohnte ich in Augsburg und studierte noch, sofern es meine Lesereisen zuließen. Ich war der Gruppe Mittelmeer beigetreten, einem Lieteratur- und Kunstverein, gegründet von ausländischen Literaten und Künstlern. Man bezeichnete unsere Literatur als »Gastarbeiterliteratur«, obwohl kein Mitglied dieser Gruppe Gastarbeiter war.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, pp. 19-20)

Conviene hacer hincapié en el aspecto que se comentaba al comienzo de esta tesis, donde se baraja el término que mejor definiera este tipo de literatura y se incidía en el hecho de que ninguno de los escritores había vivido la experiencia de ser trabajador industrial. Como puede observarse, la propia autora, por boca de su personaje, corrobora este hecho.
Es más, la etiqueta ‘Gastarbeiterliteratur’ constriñe este fenómeno literario, intentando reducirlo a una literatura de segunda clase:

“»Was soll das?« fährt sie fort: »Grenze, Heimat, Fremde… Man will uns mit diesen Gemeinplätzen in eine Autorengruppe einordnen, die nur Gastarbeiterliteratur produziert, Literatur zweiter Klasse. «“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 54)

Se observa nuevamente la exclusión por inclusión así como la toma de conciencia respecto a esta cuestión de los autores de la segunda generación. Saben que el dolor que produce la emigración se mantiene vivo en la segunda generación como ya se puso de manifiesto en la literatura americana o inglesa:

“Den Schmerz der Migration in der zweiten Generation gibt es in allen Ländern. In der englischen oder amerikanischen Literatur findet ihr die schönsten Vorbilder.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 54)

De esta manera, cabe deducir que los integrantes de la segunda generación de inmigrantes son conscientes de su particular situación – su pertenencia a dos ámbitos culturales a veces antagónicos –  y a diferencia de sus progenitores expresan su opinión y luchan por el reconocimiento en la sociedad alemana para que ésta les acepte tal como son.

 

El tema del país de origen

Mediante la descripción y análisis de la presencia del país de acogida a través de las diferentes concepciones sustentadas por los personajes de la obra, se retrata la idea o imagen que de Turquía guardan los padres del protagonista, para, seguidamente, contrastar la visión que tienen los hijos, y finalmente, reflejar el concepto que tienen del país de acogida. Este proceder pone de manifiesto dos estampas divergentes entre sí del país de origen.

Los progenitores del protagonista llegaron a Alemania con las primeras oleadas de inmigrantes (atraídos por el efecto llamada) en un momento en el que se recibía a los trabajadores extranjeros con orquesta y discursos de autoridades alemanas como se comenta ya  anteriormente en este capítulo.

Llegan a la República Federal de Alemania con la esperanza de ahorrar algún dinero y retornar lo antes posible a Turquía:

“Meine Eltern waren in der Hoffnung nach Deutschland gekommen etwas Geld zu sparen und sobald wie möglich in ihre Heimat zurückzukehren.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 25)

En consecuencia, su vida sigue rigiéndose por las costumbres, normas y estructuras sociales turcas, ya que su estancia se presupone temporal. De ahí la referencia del protagonista a las vidas que sus padres trajeron en álbumes de fotografías:

“…, unter ihnen auch meine Eltern. Sie hatten ihr Izmirer Leben in Fotoalben mitgebracht. Mit diesen Bildern bekamen wir, Emel und ich, eine Vorstellung von ihrer Heimat. Die vergilbten Fotos hatten ihre Geschichten. Die Geschichten, die Emel und ich längst auswendig kannten, aber immer wieder hören mußten.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 26)

Las fotos (El uso de fotografías como metáfora del paso del tiemepo es un recurso muy utilizado por los escritores de la segunda mitad del siglo XIX). simbolizan la vida anterior de los padres. Una vida que se ha visto interrumpida por la marcha al extranjero. Esta interrupción es corroborada por el participio de pasado adjetivado ‘vergilbt’ por medio del que la autora dibuja el paso inexorable del tiempo sobre esa existencia. Equipara de este modo la vida en Turquía a fotos que amarillean y palidecen. Además, el tono gualdo de las fotografías subraya la imposibilidad de retornar a aquella época, pues el tiempo no se detiene para nadie, ni para los turcos que emigraron ni para los que permanecieron en Turquía. De esta manera, Alev Tekinay resalta por boca del protagonista la creciente diferencia que hay entre la imagen que tienen los que emigraron del país y esta realidad.

Consiguientemente, la visión del país de origen de los padres del protagonista es una ensoñación construida sobre los recuerdos que de ella tienen y la idealización a la que ellos mismos la han sometido en el transcurso de los años. De este modo, el retorno se torna paulatinamente en quimera:

“… Während Vater die Kisten vom Lieferwagen zum Obststand trug, glaubte er, mit jeder Kiste der endgültigen Rückkehr in die Heimat einen Schritt näher gekommen zu sein. Das glaubte auch meine Mutter, die meinem Vater half und mit liebevollen Blicken auf die spiritusblaue Smyrna-Aufschrift starrte.
Meine Eltern sahen nicht, daß die endgültige Rückkehr eine Utopie war.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 25)

Aquí se advierte el gradual alejamiento de la posibilidad de retornar a los orígenes que viven los padres del protagonista. Éstos no quieren reconocer ante ellos mismos que, a medida que transcurren los años, la vuelta se torna cada vez más difícil.

Sin embargo, los ataques de furia infundados del padre son resultado de su saber subconsciente: su viaje al extranjero es un viaje sin retorno. Este contratiempo le produce un profundo dolor que exterioriza en ira:

“Der Mann hatte vielleicht Heimweh, was bei ihm so etwas wie chronisches Zahnweh war. Er konnte unentwegt von seiner Heimat in der Ägäis erzählen, sie wie ein Gedicht herbeizitieren. Er sprach von ihren Sehenswürdigkeiten wie ein professioneller Fremdenführer, blätterte in seiner Vergangenheit wie in einem Fotoalbum. Ich kann  mir vorstellen, daß das Heimweh der Urgrund seines Zornes war.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 35)

La añoranza del país de origen ocasiona un dolor tal que enfurece al padre, pues, al leer más detenidamente el fragmento anterior, se observa que la ruptura producida por la emigración se traduce en una vida anterior y otra posterior a la marcha: la vida anterior, la que se desarrolla en Turquía, tiene lugar en una fase llena de color y vitalidad, en la que impera la alegría y la juventud; esa etapa alberga para el padre los sucesos interesantes y dignos de ser recordados. De ahí que se refiera a la misma en términos de poesía y monumentos rememorables. Por otro lado, está la existencia en el extranjero que se caracteriza por la ira y el dolor del progenitor del yo narrativo. El símbolo del dolor de muelas expresa la no integración de Halil Ertürk en la sociedad de acogida, que paralelamente cobra conciencia del imposible regreso a Turquía y, consiguientemente, idealiza cada vez más sus recuerdos.

Frente a esta imagen subliminada que tienen los progenitores del yo narrativo se aprecia la visión diferente de éste. Nacido y educado en el sistema social alemán, es de destacar, a priori, su objetividad. Contempla la patria de sus mayores con ojos alemanes, en cierto modo con ojos de turista occidental – de hecho sólo conoce Turquía por los períodos estivales que ha pasado allí -. De ahí que desmonte el retrato que le han transmitido:

">So weit so gut. Ich will ja nicht ständig meckern. Aber man muß auch der Realität ins Auge sehen. Die Heimat unserer Eltern ist kein Paradies. Unsere Eltern haben den Tick, ihre Heimat in schillernden Farben su sehen. Dabei belügen sie aber nicht uns, die zweite Generationn, sondern, ohne es zu merken, sich selbst. ...
Es ist etwas anderes, was mir unter die Haut geht. Die soziale Ungerechtigkeit, der krasse Unterschied zwischen Reich und Arm, die niedrigen Löhne und die hohen Preise.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 105)

Por consiguiente, el yo narrativo despoja de todo adorno superfluo la imagen paterna de Turquía, a la par que insiste en el engaño. La fotografía real no se corresponde con la transmitida y subraya que no son los hijos los engañados, sino ellos mismos.

Se trata de una referencia expresa a la idea del país de origen como paraíso, recurso tan recurrente en la literatura de los autores turcos de primera generación (Véase el capítulo 3 de esta tesis). No obstante, la mención del paraíso tiene por objeto desmantelar la concepción de Turquía como Edén, ya que se trata de un país en vías de desarrollo. Precisamente la educación alemana del narrador le lleva a detenerse en la injusticia social y en la flagrante divergencia entre ricos y pobres.

En este sentido se lee el pasaje en el que el protagonista identifica Turquía con el escenario donde puede contemplarse la miseria a pie de calle:

“Richtige Armut sieht man in der Türkei. ... In den Straßen trugen zahllose barfüßige Jungen, kaum älter als ich, Bauchläden vor sich her. Sie verkauften Sesamkringel oder Kaugummis und rannten Touristen und Einheimischen nach, um ihnen ihre Ware mit bettelnden Kinderaugen anzupreisen.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 29)

Así pues, el narrador omnisciente es consciente del desarraigo de toda la familia Ertürk. Tanto los hijos, la llamada segunda generación, como los padres experimentan una alienación que implica la pertenencia a ninguna parte. En este sentido, cabe entender la reflexión del protagonista en la que manifiesta la doble añoranza de la familia, a saber, la morriña de Turquía en tierras alemanas y el anhelo de Alemania en suelo otomano:

“In Deutschland hat man Sehnsucht nach der Türkei. Kaum aber hat man deutschen Boden verlassen, beginnt man, sich nach Deutschland zu sehnen. Diese Sehnsucht wird noch größer, wenn man am Zielort angelangt ist, weil einem dann die Entwurzelung so klar bewußt wird. Es ist ein Urlaub voller Schmerzen, doch zum Glück kehrt man irgendwann nach Deutschland zurück, in das Land, das man als seinen Rettungsring betrachtet. Kaum sind ein paar Wochen vergangen, wird man rückfällig. Die Sehnsucht nach der Türkei kehrt wieder zurück und macht sich breit. Ach, es ist ein Teufelskreis!“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 30)

Justamente ese desarraigo influye en la decisión de Engin por enfatizar su esencia alemana, pues, como se veía en el pasaje anterior, considera el país de acogida su tabla de salvación. De esta manera, subraya, por un lado, sus orígenes alemanes – en clara alusión al derecho de nacionalidad por nacimiento, la ius solis -, dado que ha nacido en territorio alemán, y, por otro, su status de extranjero en Turquía, donde los propios turcos le consideran foráneo llamándole ‘alemanizado’ y mirándole por encima del hombro:

“Ich bin nicht hierher gereist. Ich bin hier zur Welt gekommen, Deutschland ist meine Heimat. ...
... Aber in die Türkei konnte ich unmöglich zurückgeschickt werden, weil ich ja nicht von dort gekommen bin.
[...] ..., weil mir einfiel, daß ich auch in der Türkei so etwas wie ein Ausländer bin. Genau gesagt ein »Deutschländer«. So nennt man uns dort, die Nase rümpfend.
Die Türkei war nur ein Name für mich.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 27)

De ahí cabe destacar la vehemencia de la afirmación ‘No puedo volver allí de donde no he venido’. Estas palabras encierran el drama de muchos inmigrantes de la segunda generación: no pueden retornar a un país con el que apenas han tenido contacto y en el que, pese a sus orígenes de sangre turca, se les considera extranjeros, peor aún, mestizos con toda la carga negativa que implica este vocablo. De ahí la aseveración ‘Deutschländer …. die Nase rümpfend’.
Por consiguiente, el país elegido por el narrador es Alemania e indagando más detenidamente el texto Schwabing, su patria chica:

“Für mich aber ist Schwabing – die Heimat der alten Münchener Bohème – nach wie vor das Zentrum. Schwabing ... das ist für mich mehr als ein Ort. Ich liebe nicht nur die Pracht der Leopoldstraße, sondern auch die Ruhe in den verwinkelten Gäßchen, die zum Englischen Garten führen. Dort bin ich groß geworden.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 51)

Munich y Schwabing, concretamente la zona cercana al Jardín Inglés, son el país que el protagonista considera suyo, pues éstos son los lugares donde halla reposo y tranquilidad, los lugares que le han visto crecer.

En otra parte habla de Baviera como ‘mi Baviera’, la región que evoca en él sentimientos nacionales:

“… durch die bayrische Landschaft, und so etwas wie Heimatgefühl bewegte mein Herz. Mein Bayern, dachte ich am Steuer,...“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 24)

Sin embargo, la adopción de Alemania como país de origen suscita remordimientos en el yo narrativo y, por tanto, ante el conflicto que genera esta decisión en su fuero interno, recurre a la enciclopedia en busca de la definición de ‘Heimat’:

“Deshalb habe ich im Lexikon nachgeschlagen. Laut Lexikon ist >Heimat< der Ort, an dem man das Licht der Welt erblickt hat und / oder seinen ständigen Wohnsitz hat. In beiden Fällen ist Deutschland meine Heimat. Und wo ich mich zu Hause fühle ... In mir.«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 111)

La afirmación del narrador no puede ser  más explícita. Alemania es el país de su nacimiento y de su residencia. Además, para corroborar aún más su esencia alemana, en Alemania se encuentra en casa, en paz consigo mismo.

Resumiendo, en la obra se observa una clara diferencia entre el concepto de país de origen sustentada por los representantes de la primera y los de la segunda generación de inmigrantes. Los primeros añoran el país del que salieron en pos de un ideal de mejora social y el que han ido idealizando con el transcurrir de los años. Los segundos, sin embargo, arrostran esa misma idea desde unos presupuestos muy diferentes, en los que la añoranza y el ideal son contrastados con la cruda realidad. Puestos ambos países en los dos platillos de la balanza, los hijos de los extranjeros optan por el país de acogida, que les ha transmitido sus valores, los ha criado y en cierto grado los ha integrado. De ahí que no resulte extraño el que éstos reivindiquen su derecho a ser alemanes y permanecer en el país.

Asimismo, el yo narrativo despoja de todo adorno superfluo la imagen paterna de Turquía a la par que insiste en el engaño. La imagen real no se corresponde con la transmitida y reitera que los engañados no son los hijos, la segunda generación, sino ellos mismos, la primera.

En consecuencia, se aprecia que la idea de Turquía como paraíso terrenal – tan recurrente en el corpus literario de los autores turcos de primera generación (Véase a este respecto el capítulo 3 de est tesis, punto 3.3.2.4)- es desmantelada en esta obra, dado que el protagonista, educado en Alemania, se detiene precisamente en la injusticia social y la flagrante divergencia entre rico y pobre.

La ficción en la ficción

Al iniciar el estudio de esta novela, en el punto 4.2.2.2., se hace referencia a la particularidad de esta obra, cuyo argumento es la novela de ficción que ostenta el mismo nombre que da título a la novela. De esta manera, la autora convierte su obra ficticia en personaje de la novela, recurso literario que permite a su creadora reflexionar sobre la repercusión de la novela en condiciones de laboratorio.

Se ofrece la respuesta que ésta obtiene, por un lado, dentro del colectivo alemán y, por otro, la opinión que merece a los inmigrantes de primera como a los de segunda generación. Asimismo, se investigará la importancia del idioma en esta obra y la relevancia de la figura de la propia autora como personaje ficticio dentro de  la novela.

A propósito de la repercusión que la obra ficticia tiene entre el público conviene destacar tres opiniones claramente diferenciadas: a) la respuesta del colectivo inmigrante de segunda generación; b) la apreciación de la minoría inmigrante de primera generación y c) la acogida entre el público alemán.

En cuanto al auditorio inmigrante de segunda generación se observa que la obra tiene una acogida favorable, dado que los integrantes de este colectivo sienten que el autor, Engin Ertürk, expresa sus propios pensamientos y refleja experiencias similares a las que ha vivido él mismo. Por consiguiente, los hijos de los inmigrantes turcos se identifican con el personaje de la ficción y los lances que éste experimenta:

“… Für die zweite Generation ist Nur der hauch vom Paradies eine Art Kultroman geworden, ...“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 42)

La novela de la ficción se ha convertido en obra de culto para este sector de la población, en la que ven plasmadas sus propias existencias. De ahí, que para muchos de ellos sea portavoz de la segunda generación:

“Hallo Engin,
danke. Du bist unser Sprachrohr. Mit Nur der Hauch vom Paradies bringst du mit deinen eigenen Problemen auch unsere zum Ausdruck. Wir haben nichts dagegen, daß ein Kunstwerk auch eine Abrechnung sein kann. Viele Stellen in deinem Roman haben ...
[...]
Dieser Roman ist nicht allein die Geschichte eines Jungen, sondern der ganzen zweiten Generation.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, pp. 41-42)

En consecuencia, se entiende la identificación de toda una generación de hijos de extranjeros con la vida del protagonista, que es común a muchos y, de ahí, su coincidencia con lo manifestado en dicha obra.

Sin embargo, la acogida que la obra tiene entre los padres de la segunda generación dista mucho de alcanzar los mismos parabienes, Por el contrario, muchos de los inmigrantes pioneros se escandalizan de tal modo ante la imagen negativa de la cultura y educación turcas reflejadas en la obra que se sienten traicionados y vendidos. Esta traición resulta doblemente dolorosa por llevarla a cabo uno de ellos, el hijo de un inmigrante.

Contemplan la obra de ficción como un ajuste de cuentas con sus convicciones, tradiciones y costumbres. Además, constatan consternados que la obra confirma los prejuicios y estereotipos que la población alemana tiene de los turcos y sus hábitos. En este sentido, cabe interpretar las manifestaciones contrarias al respecto, llegando algunos de sus representantes incluso a amenazar por teléfono al autor por considerar que la obra avergüenza a todo un pueblo, el turco:

“Sehr geehrter Herr Ertürk,
Ihr Roman Nur der Hauch vom Paradies ist eine Schande. Mag sein, daß Sie die deutsche Sprache besser als Ihre Muttersprache beherrschen und auch einen guten Stil haben, aber das ist nicht der springende Punkt. Sie ziehen nicht nur Ihre Familienverhältnisse in den Drek (»Dreck« ohne c geschrieben), sondern machen auch Ihr eigenes Volk lächerlich und bestätigen die Deutschen in Ihren Vorurteilen gegenüber den Türken.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 41)

Esta creación literaria resulta escandalosa para este sector en concreto de la población, puesto que supone un ataque a la familia y a toda una nación con todo lo que implica esta palabra, a saber, costumbres, cultura, historia, etc. De ahí la afirmación del padre: es una obra que profana y mancilla a una familia y a un pueblo:

“»Entheiligung und Befleckung der eigenen Familia und des eigenene Volkes«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 42)

Frente a esta aceptación tan dispar entre la población inmigrante turca, se contempla la favorable acogida de la obra entre el público alemán, que logra tal éxito de ventas que, a partir de ese momento, el autor puede vivir de la labor literaria, convirtiéndose en un escritor con cierto renombre, que es invitado a numerosas lecturas y conferencias así como otros  escenarios intelectuales de la cultura alemana.

Precisamente, durante una de estas lecturas se hace referencia a la raíz del éxito de la novela, que el acierto no radica tanto en la forma literaria o el tema, como en el hecho de ser su autor un ‘turco asimilado’. En palabras del propio protagonista:

“Ich ernte zwar Beifall, aber in den Diskussionen nach den Lesungen kommen keine Fragen zu meiner Literatur oder überhaupt zur Literatur. Wie aus heiterem Himmel wird dagegen gefragt, warum türkische Frauen ein Kopftuch tragen. Das darf doch nicht wahr sein, denke ich, und beiße mir vor Wut in die Lippen. Dann kommen irgendwelche Fragen über die Türkei. Meine Zuhörer sehen mich nicht als Schriftsteller, sondern als Vertreter eines bestimmten Volkes.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 108)

De esta forma se ve que, pese al éxito de la novela, el público lo considera principalmente representante de un colectivo determinado y, por consiguiente, se entiende que el éxito literario no es tal, pues la obra no deja de estar adscrita a un fenómeno literario reducido, donde tiene lugar la exclusión por inclusión. Aunque el autor ficticio acuda a una lectura de su obra, las preguntas que le formulan no dejan de centrarse en su condición de turco ‘excepcional’.

En este sentido, cabe afirmar que la propia autora está realizando una crítica explícita contra el mundo editorial alemán que promociona las obras de origen extranjero basándose en su peculiaridad de origen y no en su calidad literaria:

“… früheren Lesungen. Türkische Musiker singen und spielen. Einige deutsche, türkische und andere ausländische Enthusiasten tanzen. Getrampel und Klatschen begleiten sie, und man verteilt Aufkleber: »Ein Herz für Ausländer«. ... Deutsche müssen offenbar mobilisiert werden, Ausländer zu lieben, weil sie nicht von alleine auf den Gedanken kommen.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, p. 108)

Es de destacar el análisis literario que la autora – por boca del yo narrativo – realiza con respecto a la función desempeñada por el idioma y la identidad del narrador. Para ello echa mano del recurso de presentarse a sí misma en forma de profesora de Universidad. En la figura de la ‘Fa’ se identifican inmediatamente los rasgos de la autora, tanto por la descripción física como por la profesional que hace de este personaje, ambas coincidentes con la persona de Alev Tekinay.

Conviene hacer hincapié en la revelación según la que afirma que la identidad del protagonista ha de integrar dentro de sí las dos culturas para ser él mismo

(Veíamos en el capítulo relativo a los temas recurrentes de la literatura del discurso multicultural turco-alemán, que Alev Tekinay defiende la tesis de la unión de ambas culturas en la recreación de la identidad de sus personajes, como ocurre en Das Rosenmädchen und die Schildkröte o en Das Mädchen in der Kristallflasche, ambos cuentos en Tekinay,A. (1991ª), en: Tekinay, Alev: Das Rosenmädchen und die Schildkröte: Märchen, Frankfurt a.M.: Brandes & Apsel Verlag, pp. 41 – 51 y pp. 53-66.),

dado que considera que ante la perplejidad producida por el bilingüismo el conocimiento de ambos idiomas permite entender y aunar ambas formas culturales:

“»Die Zweisprachigkeit als Preis der Sprachlosigkeit«, stotterte ich. »Ich kann perfekt Deutsch und wahrscheinlich auch genauso gut Türkisch, doch in beiden Sprachen habe ich das Gefühl, in fremden Gewässern zu schwimmen«
[...]
Du wirst in fremden und in heimischen Gewässern gleich gut schwimmen und erkennen, daß das Fremde und das Heimische letzlich ein und dasselbe sind.«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt a. Main: Brandes & Apsel, pp. 90y 91)

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