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Alev Tekinay - Nur der Hauch vom Paradies

Tratamiento de los temas representativos de la literatura del discurso multicultural en la obra Nur der Hauch vom Paradies

Anteriormente, se menciona de esta novela como continuación de la novela juvenil Engin im Englischen Garten (Tekinay, Alev (1990): Engin im Englischen Garten. Ravensburg: Otto Maier Ravensburg), en la que esta autora aborda el destino de la segunda generación de inmigrantes en Alemania. En la obra que aquí nos ocupa toman la palabra los hijos de los inmigrantes que han nacido o han sido educados en Alemania.

Comentan hechos cotidianos, sus anhelos y sus decepciones y, principalmente, hablan de sus vidas a caballo entre dos culturas y dos formas de entender el mundo.

Esta novela de desarrollo, que algunos críticos consideran un relato (Schütte, Peter (1994): “Die Brücke”, Nr. 2, Marzo de 1994), utiliza técnicas propias de la novela contemporánea como son flash-backs, monólogos y reflexiones entretejidos con escenas pertenecientes a la realidad inmediata. De esta manera, la escritora realiza una labor psicológica por medio de la que los personajes investigan la propia identidad, a fin de convencerse de la realidad de la misma.

La autora recurre a la vida de los turco-alemanes para presentar su propia visión de este estilo de vida. Describe y retrata especialmente las relaciones personales entre los diferentes personajes.

Enmarcada por una narración en primera persona, la estructura de la obra presenta una novela dentro de otra, llevando ambas el título que da nombre a la obra, y donde una complementa a la otra. El yo narrativo, hijo de padres turcos, ha nacido y crecido en Alemania. Pese a su juventud, es un autor de éxito que ha publicado una novela – la que, a su vez, da nombre a la obra -. Es invitado a numerosas conferencias y lecturas de su obra y es el viaje a una de ellas el que le da pie para leer fragmentos de la misma. De este modo, la obra autobiográfica se torna relato marco, en el que Alev Tekinay ofrece episodios de la vida de Egin.

La narración, sin embargo, no se reduce a la vida del yo-protagonista, sino que abarca también la vida de su hermana gemela, la crítica hacia sus padres y las costumbres musulmanas de éstos, las relaciones con sus amigos y conocidos alemanes, las reuniones literarias con otros autores de origen no alemán y la creciente turcofobia en la sociedad alemana de los años 90.

Paralelas a estos relatos, la autora presenta unas historias de amor difíciles que presentan la siguiente estructura: la historia entre Emel y Martin; la relación de Engin con Sabine; la reacción de los padres de Emel y Engin ante los amores de la hija, Emel; la postura de estos mismos respecto a los vínculos de amor entre Engin y Sabine; y la propia postura de Engin en su relación de pareja.

Son historias de amor difíciles y contradictorias, porque, por una parte, los padres turcos se oponen a la unión de su hija con un alemán, y, por otra, no les importa que Egin tenga como pareja de hecho a una alemana. Asimismo, el propio narrador se comporta en su relación de pareja como un auténtico musulmán, pese a la educación alemana recibida. No obstante, ambas historias concluyen con final feliz.

 

Tratamiento de los temas representativos de la literatura del discurso multicultural

Este punto analiza, de forma similar a como se hizo con la obra de Emine Sevgi Özdamar, los temas representativos de la literatura del discurso multicultural de autores turco-alemanes. Por consiguiente, se intenta establecer la presencia de los mismos en esta obra, a saber la foraneidad y la identidad en tanto en cuanto atañe a la recreación que hace la autora de los diferentes perfiles de los personajes. Asimismo, se examinan los retratos de la inmigración y de la sociedad de acogida para, posteriormente, determinar las diferentes facetas con que la autora contempla el concepto de país de procedencia. Por último, se refleja la autocrítica realizada por la propia escritora a través del análisis, primero, de la repercusión de la novela de ficción entre los diferentes públicos y, segundo, del género de la novela.

 

El tema de la foraneidad

La autora se acerca a este tópico desde varias perspectivas. En primer lugar exhibe la apreciación que el yo narrativo tiene de la vida en Alemania. Seguidamente, contrapone esta visión a la de sus padres. De esta manera presenta dos de las caras que la emigración tiene para los propios inmigrantes, a saber, la imagen percibida por los padres y la contemplada por los hijos, primera y segunda generación respectivamente.

En segundo lugar, la autora muestra la apreciación de la inmigración por parte de la población alemana, que, a su vez, presenta dos facetas, la que ofrecen los amigos de los protagonistas y la que exhibe la masa anónima de la población. Finalmente, destaca las diferencias existentes entre algunas costumbres y fiestas alemanas con respecto a las turcas para, de esta manera, poner de relieve la foraneidad experimentada por muchos jóvenes turcos de la segunda generación.

Estos planos múltiples permiten un retrato más cercano a la realidad, que constantemente busca alejarse de los estereotipos.

Resulta muy llamativo el contraste entre la percepción que tienen el yo narrativo y su hermana de su propia ‘alemanidad’ y las profundas raíces turcas de sus progenitores. La foraneidad que sienten los padres es refrendada por la propia percepción que los hijos tienen de ellos. Así se deduce del comentario del protagonista refiriéndose a su padre como ‘Türke um die Ecke’, el turco de la esquina. El padre es consciente de ser extranjero y, pese a disponer ya de un permiso de residencia indefinido, no ha olvidado el trato otorgado por la sociedad alemana hacia algunos turcos:

“…»Dann behandelte man uns wie den letzten Dreck…«
Ich […] …, wenn nicht die Geschichte mit Hasan Kalfa passiert. Hasan Kalfa war durch einen Arbeitsunfall arbeitsunfähig geworden. Mit einer lächerlichen (so mein Vater) Abfindung in der Tasche war er samt Familie in die Türkei zurückgeschickt worden. Vater hatte nicht nur Mitleid mit Herrn Hasan Kalfa und dessen Familie, sondern auch Angst. Eine solche Angst, daß auch ihm so etwas zustoßen könnte.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 47-48)

Como en otras obras de Alev Tekinay, el miedo acentúa la diferencia entre la población inmigrante y la nativa. El inmigrante afronta constantemente su condición de meteco y la posibilidad de poder ser expulsado, hecho que le provoca un gran temor. Muchos inmigrantes somatizan este miedo y algunos llegan a desarrollar graves dolencias, frecuentemente úlceras de estómago. En este sentido, llama la atención el término ’Emigrantenmagen’ utilizado por la autora:

“...»Was meinst du damit? « will meine Schwester wissen. »Emigrantenmagen?«
»Na, die Ängste, die Magenkrämpfe verursachen.«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.45)

Este miedo es producto de la foraneidad de estas personas y es el origen de la insistencia de los mismos por preservar sus costumbres dentro del entorno alemán. De ahí el esfuerzo de los padres por mantener sus costumbres, incluso culinarias, y transmitirlas a los hijos es una prioridad para la primera generación. En este sentido, se entiende la reflexión del narrador sobre la intención materna de desarrollar en él un ‘gusto inmigrante’:

“Ich mag sie zwar, die Sesamkringel, aber ich habe längst gemerkt, daβ Mutter mir gezielt ihren Einwandergeschmack einzuschärfen versucht, damit ich mich in diesem Land so fremd wie möglich fühle, das doch mein Geburtsland ist.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 60)

Sin embargo, se observa que la autopercepción como extranjeros de los padres lleva a los progenitores del narrador en primera persona a actuar como si fueran alemanes en muchos aspectos. Pese a considerar muchas costumbres alemanas susceptibles de crítica, imperceptiblemente se adaptan a las mismas, teniendo esta confusión como resultado una ambigüedad que les lleva, por un lado, a vivir en un entorno turco dentro de la República Federal de Alemania y, por otro, a admirar hábitos y aspectos típicamente alemanes:

“»Meine Eltern leben in einer türkischen Welt mitten in der Bundesrepublik. Die Bekannten waren Türken, die Läden, in denen sie einkauften, waren türkisch, auch die Ärzte, zu denen sie gingen.
[...]
... Sie sträubten sich zwar mit Händen und Füβen, sich an die deutsche Welt anzupassen, in Wirklichkeit aber waren sie päpstlicher als der Papst. Alle Eigenschaften, die sie an den Deutschen kritisierten, imitierten sie haargenau. Sie vergötterten die Technik, die Pünktlichkeit, die krankhafte Sauberkeit und die Macht der Maschine.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 63)

El protagonista, por el contrario, se siente totalmente integrado en la sociedad alemana y no comparte ese sentimiento extranjero con sus padres. Ha nacido en Alemania y, si se prescinde de su aspecto externo y su nombre, es alemán por los cuatro costados. Como otros jóvenes inmigrantes pertenecientes a la segunda generación se ha distanciado tanto de sus raíces que – de no ser por sus padres – olvida las fechas de fiestas turcas importantes:

“… Feste. Die christilichen, ob wir wollen oder nicht, dazu die islamischen. Viele Kinder der zweiten Generation, die keinen Kontakt mehr zu ihren Familien und auch keinen türkischen Bekanntenkreis haben, wissen oft nicht mehr, wann Zuckerfest ist, auch ich hätte nicht daran gedacht, wenn meine Eltern mir nicht schon seit Wochen eingetrommelt hätten, daβ morgen, am 12. Juni, das Zuckerfest beginnt.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 31)

De esta manera, el distanciamiento del yo narrativo con respecto a las costumbres musulmanas es abismal. Mientras que sus padres experimentan la foraneidad de vivir en el extranjero, él se siente ajeno a los hábitos turcos, que le aburren y aíslan:

“Wenn die Sippschaft in der Wohnküche der Ainmillerstraβe eintraf, fühlte ich mich nicht nur einsam. Sondern langweilte ich mich auch zu Tode. [...]
Während solcher Feierlichkeiten war nur mein Körper anwesend, mein Geist aber schwebte ....“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 82)

El motivo de la alteridad se trasluce también en la relación con la población alemana. La autora destaca a este respecto la diferente relación entre el yo narrativo y sus amigos, por un lado, y la actividad de algunos segmentos de la población alemana hacia los extranjeros.

En lo que atañe a la convivencia del protagonista con sus amigos alemanes no se observa distinción alguna. Los amigos le aceptan como uno más y no le transmiten la sensación de ser diferente o de no pertenecer a la misma sociedad. Consiguientemente, prevalece la amistad y los amigos le apoyan y animan en los momentos de abatimiento y desánimo:

"In jenen Tagen am Abgrund klingelte oft das Telefon, ... Es waren meine Freunde. Es waren meine Studienfreunde, die sich Sorgen um mich machten.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 79)

Por otro lado, también hay sectores anónimos de la sociedad alemana que no dudan en hacer notar a los inmigrantes que no los consideran alemanes y permanentemente les recuerdan su diferencia. Esta actitud se plasma de diferentes formas. Por una parte está la reticencia a alquilar pisos a extranjeros:

“Die Vermieter wollten aber nicht an Ausländer vermieten. Manchmal muβten wir stundenlang vor einer zu besichtigenden Wohnung Schlange stehen, und wenn wir endlich drankamen, war die Wohnung angeblich schon vermietet. [...] »Wir haben nichts gegen Ausländer, aber die Wohnung ist gerade vermietet. ... “ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 71)

Precisamente la afirmación final ’no tenemos nada en contra de los extranjeros, pero…’ denota la otredad percibida por parte de los alemanes y que éstos hacen sentir a los extranjeros.

Asimismo, esta exclusión se manifiesta en grado superior a través de las pintadas ‘fuera extranjeros’, que recuerdan a todo aquel no nativo que no forma parte de la sociedad de acogida y que no es bienvenido. Son pintadas que suscitan miedo:

“Da sehe ich es, ganz plötzlich an der Mauer: »Ausländer raus...« Ein schweres, trauriges Gefühl steigt in mit hoch. Ich würde die häβliche Schrift wegwischen, doch meine Fingerspitzen sind taub und kalt. Die Buchstaben tanzen vor meinen Augen, sie erscheinen mir wir drohende Zeichen einer fremden Kultur. ... Ich husche wie ein Schatten an dieser Mauer vorbei, die Krallen der Angst an meiner Kehle.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 53 )

Por último, es de destacar que la máxima expresión de esta diferencia se refleja a través de la muerte de un joven turco, Enis. Nacido y escolarizado en Alemania, se esconde porque su permiso de residencia había caducado. La circunstancia de no disponer de papeles en regla le convierte en persona ‘ilegal’, lo que, a su vez, le produce gran nerviosismo, pues ha de esconderse de los posibles agentes públicos que pudieran solicitar su documentación. Su comportamiento llama la atención de un agente de seguridad que le confunde con un ladrón y le dispara:

“…:Ausländer von Nachtwächter erschossen. … Er war doch kein Ausländer. Er stammte nicht aus dem Ausland, er war hier geboren – wie ich. [...]
..., der als Enis Çakar identifiziert werden konnte. Es handelt sich um einen Ausländer. Der polizeilich gesucht wurde, um abgeschoben zu werden. Der Türke Enis Ç. (26), dessen Aufenthaltsgenehmigung vor Jahren abgelaufen war, lebte illegal in der Bundesrepublik.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.176-177)

Para concluir, conviene hacer referencia a la alteridad expresada a través de las diferencias en las costumbres, hábitos y tradiciones. En este sentido, se ve la imagen reflejada de hechos tan cotidianos como la forma de tomar el té. Los alemanes lo vierten en tazas de porcelana. Los turcos, por el contrario, lo toman en los típicos vasos con bode dorado:

“Im Ertürkschen Haushalt gibt’s bis heute nur die schmucken Teegläschen mit dem vergoldeten Rand. Wie in der Türkei. Meine Eltern kommen niemals auf die Idee, den Tee auch mal wie die Deutschen aus Porzellantassen zu trinken.” (Tekinay, Alev (1990): Engin im Englischen Garten. Ravensburg: Otto Maier Ravensburg, p. 50)

Otro ejemplo de la extrañeza debida a las diferentes costumbres es la celebración de las fiestas. Los otomanos celebran ‘Zuckerfest’ y los alemanes navidades. En las fechas en las que la población alemana celebra sus festividades, los inmigrantes turcos se sienten excluidos:

Da ging es auch um bittere Kindheitserfahrungen, wenn zum Bespiel Weihnachten war und wir uns von der deutschen Welt ausgeschlossen fühlten. [...] Weihnachten war ein stinknormaler Tag, grauer sogar als jeder andere Tag, weil der Kontakt zur deutschen Außenwelt völlig abbrach.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.21)

La identidad como tema

Al abordar el tema de la identidad en la obra aquí examinada se aprecia que Alev Tekinay perfila, principalmente, tres identidades: dos de ellas antagónicas mientras que la tercera intenta mediar entre este antagonismo.

La recreación de la identidad del protagonista es la autoafirmación de éste frente al padre, preocupado por la posibilidad de disponer de rasgos idénticos, tanto a nivel fisiológico como psicológico. Frente a él, la figura del padre presenta los rasgos estereotipados de un inmigrante turco, que contempla cómo la vida en el extranjero cuestiona su autoridad. Entre ambas figuras se yergue la hermana que, pese a vivir y haberse educado en Alemania, tiene miedo a rebelarse contra las normas familiares.

En un primer momento, el narrador en primera persona parece una identidad alemana plena. Su rebelión contra el padre se plasma en la crítica que hace de éste en su obra ‘Nur der Hauch vom Paradies’. De esta manera, el protagonista reivindica su lado alemán, dejando en un segundo plano sus raíces turcas. Las frecuentes afirmaciones del tipo ‘¿acaso no se dan cuenta que quiero ir mi propio camino? subrayan la insistencia por desmarcarse de los lazos familiares:

“Warum versuchen sie, meine Eltern, mich mit Haut und Haaren zu vereinnahmen? Sind sie blind, daß sie nicht sehen, daß ich meine eigenen Wege gehen will und mich damit irgendwie immer durchgesetzt habe?“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.8)

En este ejemplo el yo narrativo opta libremente por la recreación de una identidad propia, no necesariamente vinculada a las raíces familiares. Y esta afirmación de su condición especial, turco de sangre pero alemán de nacimiento, cobra especial relevancia:

“Ich starre mein Spiegelbild an, will wissen, wie ein junger, erfolgreicher Ausländer aussieht. Ein Ausnahme-Ausländer. Ein Ausländer mit Ruhm plus Reichtum. Ein Schriftsteller, ein deutsch-schreibender Ausländer, ein Litfaßsäulen-Ausländer – auf Litfaßsäulen in vielen Städten steht ja auch mein Name: Engin Ertürk liest in ... Engin Ertürk signiert am... Engin Ertürk genießt diesen Ruhm und Reichtum, weil man in ihm den Exoten sieht, ohne wahrzunehmen, daß er in diesem Land geboren und aufgewachsen ist und besser Deutsch als Türkisch kann.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 16)

La percepción de extranjero es por parte de la sociedad alemana, mientras que el propio narrador reivindica su ‘alemanidad’ al subrayar que ha nacido en Alemania, que ha crecido en Alemania y que su lengua materna es el alemán.
De ahí el empeño del protagonista por distanciarse de las costumbres turcas que los padres intentan preservar en su obstinación por conservar sus raíces musulmanas. Este alejamiento se observa ya en el joven adolescente, cuando asevera ser ateo e incluso comunista para justificar su negativa a acudir con su padre y abuelo a la mezquita además de oponerse a vestir el traje que le han comprado con motivo de la festividad ‘Zuckerfest’. Confrontado con el padre, su respuesta es:

“»Meine Erklärung ist ganz einfach, ich bin Atheist.«
Ich wußte, daß mein Vater eine Allergie gegen Substantive hat, die auf »-ist« enden. Ich wollte ihn ins Herz treffen, ...[...]
Um die Rache an meinem Vater in vollen Zügen zu genießen, ging ich noch einen Schritt weiter und behauptete meinem Vater und den in der Wohnküche versammelten Ertürks gegenüber, daß ich nicht nur Atheist, sondern auch Kommunist sei.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.33)

Continuando en esta línea, en la que el narrador se afana por enfatizar su integración en la sociedad alemana, éste afronta una fragmentación, plasmada en la obra mediante el desdoblamiento del personaje. El protagonista se cuestiona, dónde comienza a hablar como escritor y en qué punto toma la palabra su personaje, que es, a su vez, la figura novelada de sí mismo:

“Ich lebte nur noch für mein Buch. Es war, als wollte ich darin wiedergeboren werden. Nicht ich schrieb den Roman, der Roman wurde mir geschrieben. Allmählich mußte ich seinen Sieg über mich anerkennen. Mein Held Engin Ertürk drängte mich, den Autor Engin Ertürk, an den Rand. Ich verlor den Kontakt zu mir, dem Autor Engin Ertürk, weil ich als Engin Ertürk in Nur der Hauch vom Paradies zu leben begann. Als der Roman fertig war, war ich ein bloßer Schatten meiner selbst. Ich war ein anderer Mensch geworden. Ein Schriftsteller.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.22)

Otro factor a destacar con respecto a la identidad en esta obra es la importancia que la autora concede al aspecto externo como elemento identificador. En un principio, el protagonista sufre por no tener un aspecto fisiológico típico alemán, sino claramente turco. Este hecho le hace ser sumamente infeliz, pues su fisonomía le hace sentirse extranjero y por ello se avergüenza. Será su tío quien le haga ver que en el Sur de Alemania no resulta infrecuente la apariencia morena y que, por consiguiente, se le puede considerar perfectamente un nativo:

“Mein Spiegelbild: braune Augen mit einem Stich ins Grüne, hochsitzende Wangenknochen, eine lange geschwungene Nase und wilde Locken wie eine schwarze Krone auf dem Kopf. Als Kind oder Jugendlicher schämte ich mich dieses Aussehens, weil ich es typisch ausländisch fand.
[...]
... erzählte mir, daß im Schwabenland, wo er lebe, die meisten Jungen und Mädchen dunkle Haare und dunkle Augen haben, aber dennoch Deutsche seien.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.22)

Con anterioridad ya se hace referencia a la creación de personajes desdoblados que lleva a cabo Alev Tekinay. Este desdoblamiento se repite de forma continuada en esta obra, en la que el narrador es consciente de la multiplicidad de su identidad que desemboca por una parte en diversos yos y, por otra, en la no existencia de sí mismo. Preocupado por la recreación de su identidad, ésta se ve fragmentada de tal forma que en algunos momentos llega a la disolución total de sí mismo; el propio yo narrativo explica esta circunstancia por medio del teatro mágico reflejado en la obra de Hermann Hesse Der Steppenwolf ( Hesse Hermann (197911): Der Steppenwolf. Frankfurt am Main: Suhkamp Verlag):

“Das scheint ein Tick von mir zu sein, dieses Gefühl, entweder gar nicht zu existieren oder in mehreren Ichs gleichzeitig. Unvermeidlich, daß ich dabei an das »magische Theater« in Hermann Hesses Steppenwolf denke.“(v, p. 56)

Precisamente, esta posibilidad – la de existir en varias personalidades o la de desvanecerse y no existir en ninguna – le produce gran inquietud e incertidumbre al protagonista, que emprende la búsqueda de sí mismo, bien en un mundo onírico, bien recreando su vida literariamente. Consiguientemente, la novelación de la vida del protagonista es un camino iniciático que le lleva a unir ambas facetas de su identidad, su lado turco y su lado alemán:

“Es gibt mich also doppelt oder mehrfach. Es gibt sogar noch eine dritte Traumvariante: Ich wache eines Morgens im Englischen Garten auf und habe keine Identität mehr. Endlose Leere in meinem Gehirn. Ich weiß nicht, wo ich mich befinde, und viel schlimmer: Wer ich bin. Um eine Antwort zu finden, begebe ich mich auf die Suche nach mir. Ich suche mich im Englischen Garten, von dem ich nicht einmal weiß, daß er der mir wohlvertraute Englishce Garten ist, in dem ich meine Kindheit verbracht habe. Dieser Garten beginnt plötzlich zu einem undurchdringlichen Urwald zusammenzuwachsen.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.56-57)

La frase ’De pronto, este jardín comienza a crecer y amalgamarse en una jungla impenetrable’ (La traducción es mía) es, en mi opinión, la clave que encierra el proceso de individuación recorrido por el yo narrativo; la amalgama de elementos turcos y alemanes es indispensable para el desarrollo de una identidad plena.

La disolución del yo se refleja, asimismo, en el proceder del protagonista con su compañera Sabine. A pesar de haber vivido en un entorno alemán y considerarse él mismo un extranjero plenamente integrado en la sociedad alemana, el yo narrativo evidencia una conducta anticuada y celosa en su relación de pareja, que empuja a Sabine a abandonarle. En este sentido, los modelos tradicionales turcos pesan considerablemente en la conducta del narrador:

“Da ich aber überzeugt war, daß es einen anderen Mann in Sabines Leben gab, begann ich, mich unmöglich zu benehmen.
[...]
Wenn sie sich im Bett umdrehte, weckte ich sie auf, um mich mit ihr zu streiten.
>Sag mir, wer es ist, wie er heißt. Ist es einer von deinen Theater-Heinis?< brüllte ich.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.76)

El protagonista cae en las mismas conductas machistas del padre y que él critica. De ahí que su personalidad se entienda como típica de la segunda generación, a medio camino entre una y otra cultura.

A propósito del retrato del padre del protagonista, empero, se aprecia que la identidad de éste refleja el estereotipo turco reinante en Alemania, a saber, el del pater familias turco, que ha emigrado a Alemania en busca de una situación económica mejor y que ha vivido la experiencia de ser un obrero industrial hasta lograr establecerse como vendedor autónomo de frutas y verduras. En su hogar se comporta como un pachá al que mujer e hijos deben obediencia ciega. De esta manera, el propio protagonista lo retrata como un tirano:

“Während Vater mich bestraft, jammert er drauf los: >Ich versteh das Leben nicht mehr.< Und fügt hinzu: >Ich will ja nur das Beste für ihn.<
Mit >ihn< meint er mich.
Das Beste ... Das ist die brutale, selbstzerstörerische Weise, in der so viele türkische Männer seiner Generation ihrer Familie dienen. Der diktatorische Führungsstil, der unser Dasein beherrscht, macht mich wütend.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.62)

El padre, educado en unas costumbres y tradición que le otorgan potestad y autoridad indiscutible en el seno familiar, observa cómo la sociedad de acogida cuestiona este proceder. No sólo tiene que arrostrar costumbres foráneas en el trato diario con los alemanes, sino que sus hijos trasladan estas costumbres al hogar.
De esta manera, se entiende la estupefacción de los padres del protagonista cuando el hijo decide estudiar filología germánica - una carrera que no le dará de comer – y la hija opta por el estudio de la medicina – cuando realmente preferirían que se casara con un turco elegido por ellos-:

“Ich hatte mich für das Germanistikstudium entschieden. Eine Entscheidung, die meine Eltern sehr unglücklich machte. »Literatur ist ein brotloses Studium«, philosophierte mein Vater, der Einwanderer, »ohne Ansehen, ohne Zukunft.«
Es war nur ein geringer Trost für meine Eltern, daß nicht der Sohn, sondern die Tochter einen Studienplatz für Medizin bekam.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel(, pp. 12-13)

De ahí, la frecuente afirmación de Ertürk padre en la que manifiesta no entender la vida ni el mundo en el que vive, y, a la par, culpar al país de acogida del cambio de valores familiares por parte de los hijos, que se distancian de los padres, de los valores de éstos y adoptan costumbres y hábitos propios de la sociedad de acogida. De esta manera, la normal separación generacional se incrementa, tornando la incomunicación mayor:

“»Ich verstehe das Leben nicht mehr.« Das ist ein Spruch, den er losläßt, wenn er unglücklich ist. An jenem Tag aber verlängerte er den Spruch um einen weiteren Satz: »Dieses verdammte Land (er meinte Deutschland), das Kinder von ihren Eltern trennt.«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.13)

En consecuencia, se observa el cambio de talante del padre en lo que a su conducta se refiere. Una transformación que viene impuesta por el entorno social en el que se mueve, donde no puede ejercer su autoridad como lo hiciere en Turquía. Esta aceptación de costumbres diferentes se amplía aún más con la aceptación de la compañera alemana de su hijo, a pesar de la perplejidad e irritación que le produce el hecho de negarse éste a formalizar su relación de pareja:

“Meine Eltern, die Sabine von Kindesbeinen an kannten und über unsere Beziehung Bescheid wußten, hatten nichts gegen eine deutsche Schwiegertochter.
»Wenn ihr schon zusammenzieht, dann heiratet wenigstens«, brüllte Halil Ertürk, während Naime Ertürk weinte. Sie hatte ein rotes Gesicht und geschwollene Augen.
»Das ist doch Sünde«, schluchzte sie, »so ohne Trauschein.«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, pp.14-15)

Por otro lado, se aprecia que el padre se debate entre el orgullo y la satisfacción que siente por el éxito del hijo a la par que se ve el dolor que le produce la imagen que éste ha retratado de él. Le enorgullece el triunfo de Engin, que vive como un logro personal y, por tanto, comunica a todos sus familiares y conocidos cualquier evento u ocasión en los que su hijo aparece en los medios:

“Mein Vater, der die Hand vor die Augen gelegt hatte und leise weinte, sprang plötzlich auf, durchschritt den Saal in Windeseile und kletterte auf die Bühne. Dann umarmte er mich, küßte mich auf beide Wangen und sagte auf Deutsch, in seinem Deutsch mit dem starken türkischen Akzent: »Mein Junge, du hast es geschafft.«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.18)

En consecuencia, el éxito filial le supone un éxito personal en tanto en cuanto el hijo ha logrado hacerse un nombre en el país de acogida; ha pasado de ser un inmigrante más a un inmigrante con reconocimiento social e intelectual, y un escritor de renombre. De ahí que el idioma elegido por el padre para realizar dicho comentario sea alemán, el idioma del país de acogida que habla con acento turco.

Esa satisfacción, empero, se ve enturbiada por los sentimientos mixtos que le produce el retrato suyo en la obra de ficción. Por una parte, afronta una imagen negativa y tiránica de sí mismo y, por otra, ve cómo su propio hijo cuestiona en ese retrato los valores que para él tienen importancia. De este modo, se ve despojado de autoridad y contempla cómo sus valores morales y éticos – frutos de la tradición otomana y de la educación recibida – son puestos en entredicho. De ahí el dilema que supone para él el éxito del libro del protagonista. Pese a alegrarse del triunfo del hijo, considera, al igual que otros muchos turcos inmigrantes pertenecientes a la primera generación, que el libro es una bofetada a todo lo que representan ellos y su generación:

“…, für die Eltern hingegen ein Skandal, ein Verbrechen.
Mein Vater denkt auch ähnlich, obwohl er sich seiner endgültigen Meinung nicht ganz sicher ist. Bis jetzt war er immer stolz auf meine Erfolge. Das ist er immer noch, weil Nur der Hauch vom Paradies ein Bestseller ist. Andererseits kann er nicht verkraften, daß er in dem Roman als ein Tyrann erscheint und die türkischen Erziehungsideale negativ dargestellt werden. Deshalb ist dieser Roman für ihn eine (ich zitiere Halil Ertürk) »Entheilung und Befleckung der eigenen Familie und des eigenen Volkes.«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.42)

Por lo que se refiere al retrato de Emel, la hermana gemela del yo narrativo hay que decir que al igual que su hermano ha nacido en Alemania y a estado escolarizada en el sistema educativo alemán. Su afinidad con la sociedad de acogida queda manifiesta al elegir los estudios de medicina, la carrera que, de hecho, sus padres hubieran deseado para el hijo. Sus vínculos con esta sociedad la llevan incluso a estudiar en una ciudad diferente a la del domicilio paterno, a saber, los padres viven en Múnich y ella se marcha a estudiar a Ulm.

En este sentido, es de destacar su personalidad forjada en las costumbres y hábitos alemanes. Sin embargo, este distanciamiento respecto a la educación paterna no deja de ser superficial, pues, aunque es cierto que vive y estudia en Ulm, los padres han accedido a este traslado con la condición de que viva de en casa de una señora que no le permita recibir visitas masculinas – a excepción de su padre y hermano -:

“… Emel … . Sie wohnt als Untermieterin bei einer alten Frau und darf – Papa und mich ausgenommen – keinen Herrenbesuch empfangen.“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.20)

De otro lado Emel mantiene unos lazos familiares más estrechos que su hermano. De esta manera, ella se amolda a los dictados paternos, vistiéndose para la ocasión como exige la tradición, cuando toda la familia se reúne para la festividad islámica ‘Zuckerfest’. Acepta, por tanto, la autoridad paterna:

“Im Gegenteil zu Emel, die sich nach Kleidungswünschen der Eltern richtete, habe ich immer das getragen, was ich wollte ...“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.32)

La hija es, pues, más consciente de la disociación de la personalidad paterna, dado que se muestra más comprensiva con las exigencias y los ataques de ira de éste, que percibe como consecuencia de la atomización resultante entre la tradición turca y la vida en Alemania. Por esta razón, reacciona ante el comportamiento paterno con el llanto, mientras que su hermano se opone frontalmente a los dictados del padre y se enfrenta con ira al enojo paterno. Es más, se alía con la postura materna para justificar la actitud paterna ante el hermano, pues tanto ella como la madre han interiorizado esa furia como inherente al carácter de éste. En este sentido, se comprueba que asume el comportamiento del padre sin plantearse la oportunidad del mismo:

“Auch Mutter und Emel litten unter diesen Zornesausbrüchen und vermochten sich doch nicht gegen meinen Vater zu wehren. Nur eines konnten sie: weinen. Seine Wutanfälle waren für sie eine Selbstverständlichkeit. Sobald ich etwas gegen Halil Ertürk sagen wollte, nahmen sie ihn in Schutz. Ja, sie vergötterten ihn sogar, ...“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.35)

Esta anuencia llega hasta el extremo de que la muchacha no se opone a la negativa de los padres que le prohíben formalizar su relación con Martin, su gran amigo y amor de toda la vida. Ni siquiera se revuelve contra la paradoja que supone el que sus padres, por un lado, den su consentimiento a la relación de su hermano con una alemana y, por otro, rechacen la suya con un hombre alemán:

“Emel und Martin liebten sich schon als Kinder.
...Emel, das türkische Mädchen, muß bis zur Ehe unberührt bleiben, und Martin akzeptiert diese Tradition und den ganzen Käse. [...]
»Unsere lieben Eltern waren bereit, Sabine, eine Deutsche, als Schwiegertochter zu akzeptieren. ... Aber Martin, obwohl sie ihn so lange kennen und auch gern haben, können und wollen sie nicht als Schwiegersohn akzeptieren. Ja zu einer deutschen Schwiegertochter, aber Nein zu einem deutschen Schwiegersohn.«“ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.48).

Ante esta situación, el protagonista expresa su indignación, mientras que la afectada, asume con tristeza que el origen de todo reside en la educación que recibieron sus padres. De este modo, ella intenta justificar la actitud de los padres:

“… Schließlich sind unsere Eltern an allem Schuld.«
»Die Tradition, die Erziehung«, korrigiert sie mich, indem sie unsere Eltern wieder in Schutz nimmt.
Wut steigt in mir hoch.“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.49).

Emel se inhibe y no toma ninguna decisión. De esta forma, no tomando las riendas de su vida, está provocando la infelicidad propia así como la de Martin:

“Ich weiß, daß deine Eltern keinen deutschen Schwiegersohn mögen ... dadurch ihre traditionellen Ansichten überwinden und mich eines Tages doch als Schwiegersohn akzeptieren. Ich weiß aber auch, daß ich zuerst Emel überreden muß. Sie liebt mich, macht aber keinen Schritt, der ihre Eltern verletzen könnte. Aber mich, mich darf sie wohl verletzen.«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.49)

Encontrándose en esta situación la relación de la hermana y el amigo, el protagonista aconseja el modo de resolver el conflicto. Para ello recurre al estereotipo, pues propone al amigo que rapte a su hermana si es que realmente la ama. Es de destacar que la solución aportada por el protagonista – un turco-alemán integrado y formado en las costumbres alemanas, que tiene a gala su distanciamiento de las costumbres y hábitos turcos - : un remedio in extremis típico de sociedades menos evolucionadas. Lo estereotipado de esta solución queda, además, patente en la justificación que ofrece el yo narrativo: si rapta a la hermana, la tradición obliga a los padres a aceptar al que la ha secuestrado como yerno si quieren salvar la honra de la hija:

“»Wenn ein Mädchen entführt wird, wird sie automatisch entehrt. Damit die Ehre wieder hergestellt wird, muß sie von ihrem Entführer geheiratet werden. Das ist eine anatolische Sitte und das Thema zahlreicher türkischer Spielfilme.« “ (Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p.144)

Efectivamente, Martin decide seguir el consejo del amigo. Él y Emel se fugan a Italia, pero, antes de partir hacia ese país, la hermana ruega al narrador que sea él quien se lo comunique a los padres:

“»Bruderherz«, flüstert Emel zärtlich, »kannst du, bitte, Vater schonend beibringen, daß ich mich mit Martin verlobt habe und wir bald heiraten werden? Kannst du ihn, bitte, weichkriegen, daß er uns seinen Segen gibt?«“(Tekinay, Alev (1993): Nur der Hauch vom Paradies: Roman. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 161)


Consecuentemente, la identidad de la hermana se desenvuelve entre dos mundos. Por un lado vive en la sociedad de acogida y por otro experimenta la influencia de la cultura otomana, no atreviéndose a romper las normas impuestas por los representantes de ésta, que en este caso personifican sus padres. Es un claro exponente de la identidad expresada en el poema Dazwischen (Tekinay, Alev (1989c): “Dazwischen”, en: Die Deutschprüfung: Erzählungen. Frankfurt am Main: Brandes & Apsel, p. 7) de la propia autora, donde se retrata a sí misma como un árbol cuyas raíces habitan en tierra turca y sus flores brotan en Alemania.

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